Somos un negocio social, es decir que todas las utilidades que generamos las reinvertimos en el desarrollo social y económico de las comunidades que hacen parte de nuestro programa.

Campo Vivo continúa creciendo y buscando generar impacto en los sitios más vulnerables de Colombia y zonas de post conflicto. Así mejoramos el bienestar y calidad de vida de las comunidades, impactamos a más de 40 familias en los municipios de Vista Hermosa y San Juan de Arama del departamento del Meta.

En Campo Vivo reconocemos a la mujer campesina y trabajamos para fortalecer su rol en los territorios. Así como también reconocemos la autonomía organizacional, respetando sus tiempos, tradiciones, cultura, las diversas maneras de trabajo colectivo y de relacionamiento con otras comunidades locales. 

La agricultura colombiana está siendo sostenida por los adultos mayores. La mayor parte de los agricultores que hacen parte del programa son mayores de 55 años. No hay suficientes jóvenes en la ruralidad para construir el futuro en los territorios. Por esto, un pilar del programa es incentivar a los jóvenes a seguir en la ruralidad, aportando al desarrollo de sus territorios, un proceso que denominamos relevo generacional.